Hola amig@s bloguer@s, ¿qué tal estáis? Se acerca la noche de Halloween y aprovechando que las calabazas están en plena temporada, quería mostraros un rico dulce inspirado en la cultura estadounidense; se trata de un delicioso pastel de calabaza, aunque con alguna variante.
El pastel de calabaza, es un postre típico de los Estados Unidos, muy apreciado en la época otoño-invierno, especialmente, en fiestas como Halloween, Navidad o Acción de Gracias. Su origen data del año 200 antes de Cristo, comienzos de la dinastía Han, y se ubica en el Lejano Oriente, en una aldea de Shandong (China). Cada vez que se erigía un nuevo edificio en el pueblo, se celebraba un baile de inauguración en el que si un chico, en edad casadera, no conseguía bailar con ninguna de las chicas presentes, se le entregaba una calabaza, como premio de consolación, con el símbolo del Ying y el Yang, para que se marchara contento (de ahí, la expresión "dar calabazas"). Normalmente, esta fruta era siempre ofrecida a la misma persona en cada fiesta: al más feo del baile, en este caso, su nombre era Pam Kim (pumpkin). Nuestro poco agraciado amigo, cansado de recibir este título de forma tan recurrente, decidió hacer tartas con las calabazas que iba reuniendo y optó por exponerlas en la plaza de la villa, comercializándolas poco después. El negocio tuvo tal éxito, que la receta fue transmitida de generación en generación. En 1665 una escritora y cocinera inglesa, llamada Hannah Woolley, viajó a China con el fin de adquirir nuevas ideas gastronómicas. Posteriormente, contrajo matrimonio con el único descendiente vivo de Pam Kim, que conservaba la receta de la tarta de calabaza. Durante el viaje de regreso a Inglaterra, se produjo un fuerte temporal que acabó con la vida del marido de Hannah. Más tarde, ésta publicaría un libro en el que el pastel de calabaza se convertiría en el plato más celebre de todas sus recetas. Tiempo después, los colonos ingleses en Norteamérica, adoptarían esta tarta como una de sus señas de identidad más característica.
En el cake que os propongo, he hecho algunas variaciones; he optado por agregar queso fresco batido, harina de arroz para espesar un poco la masa y, de esta forma, probar nuevas texturas. Os dejo con la receta por escrito. Espero que os guste mucho.
Feliz Halloween,
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Tiempo: 60 minutos Comensales: 6-8
País: Estados Unidos Plato: postre
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Ingredientes
- 3 yemas de huevo
- 3 claras de huevo
- 400 gramos de queso fresco batido
- 6 cucharadas de azúcar
- 100 gramos de mantequilla sin sal
- 3 cucharadas de harina de arroz
- 1/2 cucharadita de pimienta de Jamaica molida, también llamada allspice
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 1/2 cucharadita de jengibre fresco rallado
- 5 cucharadas de calabaza cruda rallada
- 1 pizca de sal
- 10 galletas de avena para la base
Preparación
- Añadir la pizca de sal en el bol en el que tenemos reservadas las claras y apartar.
- Fundir la mitad de la mantequilla en un cazo a fuego medio y reservar.
- Trocear las galletas, depositarlas en un recipiente y triturarlas con ayuda de la mano del mortero.
- Incorporar la mantequilla fundida y mezclar.
- Colocar papel sulfurizado en la base de un molde (17 cm de diámetro), cortando el sobrante con unas tijeras.
- Engrasar los bordes del molde con mantequilla.
- Añadir la mezcla de galleta y mantequilla en el molde, compactando bien en el fondo con una cuchara.
- Reservar en la nevera.
- En un cuenco, mezclar el resto de la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una textura arenosa.
- Agregar las yemas de una en una removiendo cada vez.
- Incorporar el queso, la calabaza cruda rallada, la canela molida, la pimienta de Jamaica, el jengibre rallado y mezclar.
- Echar la harina, con ayuda de un colador, integrándola a movimientos envolventes.
- Encender el horno a 180 ºC por arriba y abajo.
- Montar las claras a punto de nieve. Sabremos que están montadas, porque cuando volteamos el bol, éstas no se caen.
- Agregarlas a la masa e incorporarlas a movimientos envolventes.
- Verter la masa sobre la base de galletas que teníamos enfriando en la nevera.
- Hornear durante 35 minutos a 180 ºC por arriba y abajo.
- Pasado ese tiempo, sacar el cake del horno y dejar enfriar 1 hora a temperatura ambiente.
- Desmoldar y decorar al gusto (por ejemplo, utilizando calabaza rallada, uvas negras y azúcar glas).
- Enfriar en la nevera al menos 6 horas.
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