Croquetas de berenjena y queso

   Hoy prepararemos unas deliciosas croquetas de berenjena y queso. Tienen un sabor delicioso, quedan muy cremositas y crujientes y son perfectas para servir como aperitivo, entrante o acompañamiento, esta Navidad. ¿Os animáis a probarlas? Vamos a ver cómo se hacen.

Las croquetas, tan populares en la cocina española y queridas por tod@s, ubican sus orígenes fuera de nuestras fronteras, concretamente en Francia: croquette, en francés, viene de "croquer" y significa crujir. Se dieron a conocer en la corte del rey Luis XIV, cuando un cocinero francés, llamado Antonin Carême y apodado como el "rey de los chefs y el chef de los reyes", decide elaborarlas como parte del menú del banquete que tuvo lugar en 1817, dedicado al príncipe regente de Inglaterra y al archiduque de Rusia. Su experimento se basaba en la preparación de una salsa bechamel densa, que dejaba enfriar por algunas horas y dividía en porciones del mismo tamaño, dándoles forma ovalada. A continuación, las empanaba en una combinación de harina, huevo y pan rallado, y finalmente, las freía en abundante aceite: al resultado lo denominó "croquettes à la royale". 

Desde ese momento, este rico aperitivo se convertiría en una de las delicias más aclamadas por la alta sociedad de la época. Sin embargo, a pesar de que en sus comienzos, eran consideradas como un plato típico de la aristocracia, las croquetas, nacen en época de crisis y carestía de alimentos, cuando el excedente de harina era más que visible y como receta de aprovechamiento. Además, se cocinaban con el fin de reutilizar los restos de carne que sobraban de otras preparaciones, como el cocido y otros guisos. A España llegaron años más tarde, cuando dejaron de tener tanta aceptación en el país vecino. Como pistas de su difusión en nuestro país, he encontrado referencias en obras como "El cocinero español y la perfecta cocinera", de 1867, escrito por Guillermo Moyano, en el que se proponen algunas alternativas a las tradicionales, como las croquetas de pescado (bacalao) y carne, y en un texto de Alejandro Dumas de 1846. Otra escritora que las tiene presente en dos de sus obras, es la gallega Emilia Pardo Bazán, tanto en "La cocina española antigua" de 1913, como en "La cocina española moderna" de 1918.

Esta semana, nosotr@s vamos a prepararlas con berenjena y queso. Os prometo que quedan deliciosas, el sabor de la berenjena se impregna en la masa y desde el primer bocado, no puedes parar de comer, son un auténtico vicio jeje. No sé si os sucede lo mismo, pero a mí me emociona mucho hacer croquetas, saco esa abuela, que llevo dentro, y me hace muy feliz ir siguiendo cada paso. Además, esta delicia, podemos servirla como aperitivo en la cena de Nochebuena. Estoy segura de que vais a sorprender a vuestr@s familiares y amig@s de inmediato jeje.

Espero que os guste mucho esta idea y os animéis a cocinarla. Os dejo, como siempre, el proceso por escrito por si tuvierais alguna duda. Si hacéis alguna de las delicias del blog, podéis enviarme vuestras fotos a mi correo: belenru16@hotmail.com. Los resultados de vuestras creaciones, aparecerán en próximos vídeos. No olvidéis que podéis imprimir ésta y todas las recetas que se publican en el blog, pinchando en el botón "imprimir receta". Muchas gracias por vuestro siempre apoyo y por todos los comentarios amables que me dejáis a través de Youtube. Feliz Navidad para tod@s.

Un abrazote gigante,

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   Tiempo: 90 minutos     Cantidad: 24

 País: España    Plato: aperitivo-acompañamiento

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Ingredientes

Masa

• 150 gramos de berenjena limpia
• 1/2 cebolla: pelada, limpia y picadita
• 1 diente de ajo: pelado, limpio y picadito
• 500 ml de leche entera, a temperatura ambiente
• 4 cucharadas de harina de trigo: tamizada
• 3 cucharadas de aceite de oliva
• Sal al gusto (pongo 1 cucharadita y rectifico al final)
• 4 cucharadas de queso rallado (uso emmental)
• 1/4 de cucharadita de pimienta negra molida

Para formar las croquetas

• 1 huevo campero, batido con 1 pizca de sal hasta que espume
• Harina de trigo suficiente (he usado 4 cucharadas)
• Pan rallado suficiente (he usado 7 cucharadas)

Para freír

• 250 ml de aceite de girasol o de oliva

Preparación

1. Primero, partiremos nuestra berenjena en rodajas finas. Cada rodaja, la vamos a cortar en tiras finas y cada tira, la partiremos en cubitos.
2. Pondremos nuestros trocitos en un colador, que vamos a colocar sobre un bol profundo. Podemos echar un chorrito de limón, para que no se oscurezcan.
3. Agregaremos 1/2 cucharadita de sal marina, gruesa, sobre nuestros cuadraditos de berenjena. Moveremos un poco el colador, para que la sal vaya a todos los rincones, y dejaremos reposar entre 1-2 horas, a temperatura ambiente, para que suelten el amargor.
4. Pasado el tiempo, enjuagaremos bien bajo el chorro del grifo, para eliminar el exceso de sal, escurriremos y reservaremos.
5. En una sartén honda o wok, que vamos a poner a fuego alto, echaremos el aceite de oliva.
6. Una vez caliente, bajaremos a fuego medio y agregaremos el ajo.
7. A continuación, echaremos la cebolla, removeremos con una cuchara de madera y dejaremos cocinar 3 minutos.
8. Pasado el tiempo, incorporaremos los cubitos de berenjena y la 1/2 cucharadita de sal.
9. Removeremos, cubriremos con una tapadera y dejaremos cocinar 6 minutos.
10. Pasado el tiempo, destaparemos, removeremos, taparemos de nuevo y dejaremos cocinar 6 minutos más.
11. Una vez conseguido, añadiremos la harina tamizada y mezclaremos 1 minuto, para que pierda el sabor a crudo y con cuidado de que no se nos queme. Se nos van a formar como unas migas.
12. Ahora, verteremos la mitad de la leche, removiendo sin parar y hasta que notemos que nuestra mezcla espesa. 
13. Cuando pasemos la cuchara de madera por la sartén y se nos forme un surco que no desaparece, añadiremos el resto de la leche.
14. Cocinaremos 12 minutos sin parar de remover.
15. Pasados los 12 minutos, añadiremos el queso rallado, la pimienta negra y mezclaremos.
16. Dejaremos nuestra salsa en el fuego hasta que termine de espesar, la he tenido 2 minutos más, y sin dejar de remover. Estará lista cuando empiece a burbujear.
17. Fuera de fuego, probaremos y rectificaremos con sal, si fuera necesario. En mi caso, he tenido que agregar un poquito más.
18. Pasaremos nuestra masa a un plato, inmediatamente, extendiéndola bien con una cuchara.
19. Vamos a dejar que enfríe, primero a temperatura ambiente, después la cubriremos con papel film y nos la llevaremos a la nevera al menos, 4 horas.

Formamos nuestras croquetas

1. Pasadas las 4 horas, tomaremos una cucharada de nuestra masa, con una cuchara sopera, la pasaremos por harina y vamos a formar una bolita en el mismo plato, dándole la forma de croqueta y cubriéndola bien.
2. Ahora, bañaremos nuestra croqueta, por todas partes, en el plato del huevo batido, escurriendo bien el exceso.
3. Finalmente, la pasaremos al plato del pan rallado, empanándola bien y retirando el sobrante.
4. Repetiremos estos 3 pasos hasta quedarnos sin masa. Me han salido 24 croquetas, porque las he hecho pequeñas.
5. Ahora, las taparemos con papel film y nos las vamos a llevar a la nevera toda la noche, para que adquieran mejor consistencia y poderlas freírlas sin que se nos abran.

Freímos nuestras croquetas

1. Verteremos el aceite en una sartén antiadherente (la mía mide 22 cm de diámetro) y a fuego fuerte. Sabremos que está caliente porque echando un poquito de pan en el aceite, empezarán a salir burbujas.
2. Una vez caliente, bajaremos el fuego a la mitad y freiremos nuestras croquetas 1 minuto y medio por cada lado, o hasta que veamos que los bordes están doraditos ,y de 3 en 3, para no bajar mucho la temperatura del aceite.
3. Una vez fritas, escurriremos bien y las pasaremos a un plato con papel absorbente, para eliminar el exceso de aceite.
4. Listas. Están buenísimas, quedan muy sabrosas, con las berenjenas, muy crujientes por fuera y cremositas por dentro. Las estoy acompañando con lechuga y unos cubitos de zanahoria cruda.