Por fin tengo la oportunidad de mostraros cómo preparo en casa una de las comidas más populares y apreciadas, no solamente en la cultura italiana, tan diversa y tradicional, sino en el mundo entero: la pizza. Esta receta es muy especial para mí, porque digamos que marca el inicio de toda mi afición por el mundo de la cocina.
Siempre que salíamos a cenar a restaurantes italianos, o pizzerías, y me deleitaba con esta maravillosa delicia, tan estimada por tod@s, me quedaba un buen rato mirando el plato en el que reposaba mi porción de pizza y me preguntaba a mí misma, cómo harían para conseguir una masa tan perfecta: blandita, crujiente en los bordes y con un sabor tan irresistible que, combinada con el resto de ingredientes, se convertía completamente en uno de los alimentos más adictivos para mi cerebro y supongo que para el de much@s de vosotr@s jeje.
Ha sido en el sur de Francia, donde es muy habitual encontrar restaurantes en los que se sirve pasta, pizza y aperitivos típicos de Italia, casi en cada esquina, donde he descubierto las auténticas pizzas italianas. A los franceses les encantan, de hecho son los campeones de Europa en el consumo de esta preciada delicia, incluso por encima de los italianos. Una de esas noches en la que sales a cenar, fuimos a uno de esos locales tan pintorescos y en el que, a la entrada, justo al lado del comedor, destacaba el característico horno de piedra. Los clientes, además de disfrutar de sus sabrosos platos, tienen la posibilidad y el gusto de poder contemplar cómo se preparan y el aroma que desprende, se siente desde lejos, incluso sin necesidad de entrar en el lugar.
Ya sabéis que una de las particularidades de estos hornos es que alcanzan temperaturas muy altas, lo que constituye uno de los aspectos clave para conseguir una masa de pizza perfecta y cuyos resultados son difíciles de emular, cuando las hacemos de forma casera, lo que supone un reto difícil de lograr, pero no imposible. Así que, sin demasiada tardanza, me puse a experimentar en casa; he de reconocer que he hecho multitud de desastres, fueron años de pruebas y el resultado no siempre era el esperado. Entonces, en unas de las múltiples que llevé a cabo, me dio por subir la temperatura del horno a tope, 250 ºC, precalentándolo mientras iba estirando la masa y colocando los ingredientes sobre la misma, más o menos pueden ser unos 20 minutos. Probé y la verdad es que me encantó el resultado: orillas crujientes, masa finita y textura blandita en el centro. Quedó perfecta y nada que envidiar a las que ofrecen en los restaurantes italianos.
Para medir las cantidades que necesitaremos para elaborar nuestra masa, como en la mayoría de las recetas que os propongo, uso cucharas de repostería. La dosis depende mucho del tipo de harina que estéis utilizando y de la capacidad que tenga para absorber el líquido, en mi caso fueron entre 16-19 cucharadas. Otro truco que quiero compartiros, es que cuando estiréis la masa con el rodillo, echéis un poco de harina. De esta forma, además de ayudar a extenderla, conseguiréis que, una vez horneada, tenga un colorcito doradito muy apetecible a la vista. Y con respecto a la salsa de tomate, os aconsejo utilizar tomate de pera, puesto que son los más dulcitos, a pesar de ello, tuve que corregir la acidez con 1/2 cucharadita de azúcar. De todos modos, os recomiendo que probéis la salsa antes de hornear la pizza, para evitar decepciones. Por último, pero no menos importante, comentaros que es mejor no cargarla con exceso de ingredientes y no acumularlos, sino colocarlos de manera dispersa. Siempre que hago pizza en casa, la acomodo sobre la rejilla del horno y ésta la pongo a una altura medio-baja. Hay personas que defienden la idea de cocinarla en la base del horno, protegiendo ésta con un poco de papel sulfurizado, para conseguir un resultado más auténtico. Nunca he probado, pero si lo hacéis, no dudéis en compartir vuestras experiencias en los comentarios, me va a encantar leerlos.
Para grabaros esta receta, opté por hacer dos estilos de pizza diferentes: una con extremos más gruesos y otra con laterales, tipo pizza italiana. Personalmente, me gustan más las masas finas, pero si las preferís más gorditas, simplemente tendréis que estirarla menos y darle la forma al borde con el dedo pulgar y la palma de la mano, tal y como os indico en el vídeo. Espero que os encante esta idea y os animéis a prepararla. Os dejo, como siempre, el proceso por escrito por si tuvierais alguna duda. Si hacéis alguna de las delicias del blog, podéis enviarme vuestras fotos a mi correo: belenru16@hotmail.com. Los resultados de vuestras creaciones, aparecerán en próximos vídeos. No olvidéis que podéis imprimir ésta y todas las recetas que se publican en el blog, pinchando en el botón "imprimir receta". Muchas gracias por vuestro siempre apoyo y por todos los comentarios amables que me dejáis a través de Youtube.
Un abrazote gigante,
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Tiempo: 120 + 40 minutos Comensales: 2
País: Italia Plato: principal
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Ingredientes
Masa
- 16-19 cucharadas de harina de trigo tamizada
- 1 cucharadita de azúcar blanco
- 100 ml de agua templada
- ½ cucharadita de sal fina
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- ½ cucharadita de levadura seca de panadero
Salsa de tomate
- 1 tomate de pera pelado
- 1 chorrito de aceite de oliva
- ½ cucharadita de azúcar blanco
- Sal al gusto
- 3 cucharadas de pulpa de tomate o tomate frito
- Orégano seco al gusto
Relleno
- Salsa de tomate
- Jamón cocido
- Queso mozzarella rallado
- Champiñones frescos y laminados
- Aceitunas negras
- Sal y orégano seco al gusto
Preparación
- En el vaso en el que tengamos el agua templada, agregaremos 1 cucharada de harina, el azúcar, la levadura seca, removeremos un poco, cubriremos con film transparente y dejaremos reposar unos 20 minutos a temperatura ambiente.
- Pasado el tiempo, las burbujas nos indicarán que la levadura se encuentra en buen estado.
- En un bol, añadiremos 9 cucharadas de harina, el aceite de oliva, la sal y mezclaremos bien hasta conseguir una textura arenosa.
- Incorporaremos el vaso de agua, harina, azúcar y levadura, y seguiremos removiendo (no importa si veis algún grumillo).
- Iremos agregando más harina, de cucharada en cucharada, y hasta que no podamos seguir removiendo con la cuchara (en mi caso fueron 4 cucharadas más).
- Espolvorearemos 1 cucharada más de harina en la encimera y sobre ésta, colocaremos nuestra masa.
- Integraremos la harina con las manos, amasando unos 10 minutos. Si vemos que la masa se nos pega en la encimera, añadiremos más harina y siempre de cucharada en cucharada, para evitar el exceso y no nos quede una masa demasiado pesada que no podamos manejar (en mi caso agregué 4 cucharadas más).
- Veremos que nuestra masa está en el punto óptimo porque la notaremos más elástica, no se nos pegará en la encimera ni en los dedos.
- Hidrataremos nuestra masa con un poco de aceite de oliva, la depositaremos en un bol, cubriremos con film transparente y dejaremos reposar en un lugar cálido hasta que doble su tamaño (en mi caso fueron unas 2 horas al lado de un brasero).
- Mientras tanto, vamos a preparar nuestra salsa de tomate y para ello cortaremos el tomate de pera pelado, en trocitos muy pequeñitos. Lo chafaremos también con ayuda de un tenedor hasta conseguir una especie de puré de tomate.
- Adicionaremos un chorrito de aceite de oliva, 1/2 cucharadita de azúcar, para corregir la acidez, 3 cucharadas de pulpa de tomate o tomate frito, sal, orégano seco al gusto y mezclaremos.
- Pasadas las 2 horas, precalentaremos el horno a 250 ºC por arriba y abajo.
- Veremos que la masa ha duplicado su volumen y la colocaremos sobre un papel de horno donde la amasaremos unos segundos para quitar el exceso de aire.
- Le daremos la forma de pizza con ayuda de nuestras manos y espolvorearemos un poco de harina sobre la masa para terminar de estirarla con el rodillo. En este caso hice una masa más bien finita con un tamaño de 29 cm de diámetro, pero si os gustan más gruesas, tendríais que extenderla menos con el rodillo.
- Daremos la forma en los bordes con el pulgar y rellenaremos a nuestro gusto, empezando por la salsa de tomate, que hicimos previamente, y yo he optado por unas lonchas de jamón cocido hasta rellenar, queso mozzarella rallado, champiñones frescos laminados, aceitunas negras, un poquito de sal y orégano seco al gusto.
- Arrastraremos el papel hacia la rejilla del horno y hornearemos a 250 ºC por arriba y abajo entre 12 y 14 minutos o hasta que esté dorada.
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