25 septiembre, 2018

Gazpacho andaluz casero, muy fácil y sano


     No sé vosotr@s, pero yo sigo sintiendo demasiado calor, me siguen apeteciendo comidas fresquitas y fáciles de elaborar, sin demasiado lío en la cocina. Por ello, hoy os traigo una de las delicias del verano, por excelencia: sana, económica, que triunfa en la mesa de cualquier casa o restaurante y, como de costumbre, en mi lista de recetas, muy fácil de preparar. Se trata de un gazpacho andaluz casero, en este caso sin pan, perfecto para combatir las altas temperaturas y aprovechar los tomates y las verduras de la temporada.


El gazpacho, uno de los platos más apreciados de la gastronomía española y de la dieta mediterránea, célebre a nivel nacional y fuera de nuestras fronteras, y declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Consiste en una sopa fría de color rojo anaranjado, a base de tomates maduros, pimiento, pepino, ajo, cebolla, aceite de oliva, vinagre, agua, pan y sal. Este manjar tan querido por tod@s, de hecho, el 21 de julio se celebra el Día Mundial del Gazpacho, se convierte, cada año, en uno de los básicos de nuestra cocina, particularmente, durante los días más calurosos del verano. 


Este famoso y rico plato tiene origen desconocido. Aunque se sabe que figuraba en el recetario romano, tradicionalmente, se ubica en Andalucía, tierra en la que el calor seco aprieta fuerte entre los meses de junio y septiembre, y abundan vegetales y frutas muy variadas. A pesar de ello, se dice que el gazpacho antiguo, que data del siglo VIII, no llevaba tomates ni verduras, sino que se elaboraba con pan remojado en agua, aceite, vinagre y sal. Este tipo de gazpacho era muy consumido en la época de Al-Ándalus, a veces, añadiendo ajo o almendras. Tiempo después, en el siglo XVI, etapa en la que el tomate y el pimiento desembarcaban de América, empezaron a incluirse hortalizas. Ello nos ayudaría a dibujar con mayor claridad, las raíces de lo que hoy día conocemos como gazpacho andaluz. Igualmente, se consideraba un plato perfecto entre los campesinos, pastores y jornaleros del sur de España, que lo comían habitualmente, por un lado, para aguantar las largas horas de trabajo a la intemperie, sin sentirse pesados durante el período estival y, por otro, para utilizar el pan duro de los días anteriores, que normalmente remojaban en agua y lo mezclaban con tomates maduros, triturados a mano, ajo machado en un mortero, aceite, vinagre, sal y, si los había, vegetales picaditos, como pimiento, cebolla o pepino. A lo largo del siglo XIX, el gazpacho se popularizo entre la clase burguesa, consolidándose la costumbre, ya llevada a cabo por los campesinos, de servirlo con trocitos de hortalizas como guarnición. A partir de los años 60 del siglo XX, gracias a la expansión de la actividad turística de España, en el extranjero, el gazpacho viajó más allá de nuestras fronteras, recibiendo gran acogida en otros países de Europa y del mundo, hasta llegar a convertirse en uno de los platos más famosos y estimados de nuestra cocina y de la dieta mediterránea.


Hoy día, el gazpacho andaluz puede servirse con picatostes y trocitos de tomate, pepino, cebolla, pimiento, jamón serrano o ibérico, huevo cocido y aceitunas. Asimismo, existen múltiples variedades de esta fabulosa y refrescante sopa fría, igualmente deliciosas. Entre ellas, podemos distinguir los gazpachos rojos: gracias a la presencia del tomate, en los que sería posible agregar fresas, cerezas, sandía, remolacha cocida, melón o aguacate; gazpachos blancos: sin tomate, como el ajoblanco, a base de almendra molida y acompañado de uvas y trocitos de melón; gazpachos verdes: Usualmente blancos que contienen algún ingrediente que les da el color verdoso. Por último, pero no menos importante, no debemos olvidarnos del salmorejo: más espeso y, que acompañado de jamón serrano o ibérico y huevo cocido, se transforma en una verdadera e irresistible delicia. Os dejo por aquí, el gazpacho de sandía que suelo preparar en casa, queda buenísimo, muy original y fuera de lo tradicional.


En definitiva estamos ante un plato estrella, de textura y color súper apetecibles, con ingredientes variados, pocas calorías, cargado de vitaminas, como la C, A y E, y minerales, como el fósforo, calcio, hierro, magnesio, manganeso, cobre, zinc, potasio y sodio. Muy refrescante, sabrosísimo, fácil de elaborar y perfecto para combatir el calor estival y aprovechar las verduras y tomates de temporada. Espero que os encante esta fácil delicia y os animéis a cocinarla. Os dejo, como siempre, el proceso por escrito por si tuvierais alguna duda. Si hacéis alguna de las delicias del blog, podéis enviarme vuestras fotos a mi correo: belenru16@hotmail.com. Los resultados de vuestras creaciones, aparecerán en próximos vídeos. No olvidéis que podéis imprimir ésta y todas las recetas que se publican en el blog, pinchando en el botón "imprimir receta". Muchas gracias por vuestro siempre apoyo y por todos los comentarios amables que me dejáis a través de Youtube.
Un abrazote gigante,



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Tiempo: 15 minutos     Comensales: 3-4

       País: España      Plato: primero o aperitivo
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Ingredientes
  • 8 tomates de pera: pequeños, maduros y a temperatura ambiente
  • ½ pimiento verde italiano y limpio
  • ¼ de cebolla: pelada, limpia y partida en trozos
  • 1 trocito de pepino (unos 4 dedos)
  • 1 diente de ajo
  • 50 ml de aceite de oliva virgen de sabor suave
  • ½ cucharadita de vinagre de manzana
  • 250 ml de agua
  • Sal marina al gusto (yo agrego 1 cucharadita)

Preparación
  1. Pelaremos, partiremos los tomates en trozos y los iremos echando en un bol hondo o en el vaso de la licuadora.
  2. Añadimos la cebolla.
  3. Pelaremos, cortaremos en trozos el pepino y los agregaremos al bol. Os recomiendo que lo probéis primero, por si amarga.
  4. Retiraremos las membranas y las semillas del pimiento, lo partiremos en trocitos y los incorporaremos.
  5. Chafamos un poco el ajo con ayuda de un cuchillo, para poder pelarlo más fácilmente, lo cortamos en trozos y los añadimos al bol.
  6. Verteremos el agua y el chorrito de vinagre. 
  7. Y por último, la sal.
  8. Trituramos bien con la batidora.
  9. Una vez tengamos todos nuestros ingredientes bien triturados, echaremos el aceite en forma de hilo, sin dejar de batir. Esto lo hacemos para obtener una mezcla mucho más cremosa.
  10. Probaremos y rectificaremos con sal, si fuera necesario.
  11. Cubriremos el bol con una tapadera o con film transparente, y lo llevaremos a la nevera hasta que nuestro gazpacho esté bien frío.
  12. Pasado el tiempo, serviremos; podéis colarlo antes, yo no suelo hacerlo porque me encanta cremosito.
  13. Decoramos a nuestro gusto; en mi caso voy a poner trocitos de pimientos y pepino, para dar un toque súper colorido y alegre.


A disfrutar 😋😋.



Nota: Si el pepino amarga, lo que yo hago es eliminar el extremo que lo sujeta al tallo. Después lo pelo, lo corto en trocitos, los dejo un par de horas en un bol lleno de agua fría, la suficiente para que los cubra, y añado una cucharadita de azúcar. Pasado el tiempo, cuelo, enjuago y listo para ser utilizado.

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