Para preparar nuestra propuesta casera, he elegido ingredientes accesibles y fáciles de conseguir; de este modo, todos podréis elaborarlo sin ningún tipo de problema. Una vez bien triturado todo, os aconsejo conservarlo en la nevera, guardado en botes que tengáis, y que queráis reutilizar, de mermeladas, aceitunas u otros patés y, por supuesto, bien limpios y esterilizados. Yo, por ejemplo, he reciclado algunos que tenía reservados, de otras veces en las que había comprado este tipo de paté. Si no tenéis esta clase de recipientes, otra alternativa sería guardarlo en un bol cubierto con film transparente, eliminando bien el aire. Conforme más tiempo lo tengáis refrigerando, más se concentrarán los sabores de los ingredientes y quedará una crema para untar mucho más sabrosa. Como máximo me ha durado 5 días. Para disfrutarlo, he elegido unas tostadas de arroz integral que suelo consumir con frecuencia. Las compro en Lidl, no obstante, hoy día podéis adquirirlas en cualquier supermercado ya que se han puesto muy de moda en los últimos años. Hace ya tiempo decidí dejar de comer pan a diario. En sustitución, me animé a probar este tipo de tortita que, junto con las de maíz, se han convertido en un básico de mi día a día. Desde entonces, las incluyo a diario en mi dieta y la verdad es que me encantan. Os recomiendo las tortitas de maíz con queso roquefort; son un vicio total jeje. Aun así, quiero aclarar que sigo comiendo pan, magdalenas, bizcochos y todo alimento que lleve como ingrediente principal la harina de trigo, lo que ocurre es que quise reducir un poco esa ingesta diaria ya que no me sentaba demasiado bien en el organismo. Yo soy de las que piensan que tenemos que comer de todo; la dieta variada y sin excesos (poco y a menudo) es la clave para sentirnos saludables y bien.
Volviendo
a nuestra receta de hoy, os aconsejo untar esta delicia de paté en el momento en el que vayáis a comerlo, para evitar que las tostadas queden reblandecidas. Además, si sois celiacos, tanto el paté como las tortitas, os vendrán de
maravilla puesto que no tienen nada de gluten. A
mí me chifla tomarlo para merendar, aunque también podría ser interesante, servirlo como tentempié, aperitivo o acompañamiento, para cenar, con una buena ensalada.
Y creo que ya no me olvido de nada. Espero que os guste mucho el vídeo con el paso a paso. Os dejo también, como siempre, el proceso escrito por si tuvierais alguna duda. No olvidéis que podéis imprimir ésta y todas las recetas que se publican en el blog, pinchando en el botón "imprimir receta". Muchas gracias por vuestro siempre apoyo y por todos los comentarios positivos que me dejáis a través de Youtube.
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Tiempo: 15 minutos Cantidad: 400 gramos
Plato: aperitivo | acompañamiento
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- 200 gramos de garbanzos cocidos y escurridos
- ½ pimiento rojo, pequeño, lavado y cortado en cuadros (sin semillas ni membranas)
- 1 tomate de pera limpio, pelado y partido en trozos
- 4 cucharadas de anacardos al natural (sin sal ni aceite)
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- ½ cucharadita de sal marina (rectificar, con sal fina, al final si fuera necesario)
- 1 pizca de azúcar moreno
- 1 cucharadita de cebollino picado
Preparación
- Agregaremos todos los ingredientes en un bol; los garbanzos, el pimiento rojo, los anacardos, el tomate, la sal, el aceite de oliva, la pizca de azúcar y el cebollino picado.
- Trituramos todo con ayuda de una batidora de mano.
- Rectificamos con sal fina, si fuera necesario.
- Transferimos el paté a nuestros botes preferidos, en este caso estoy reciclando algunos que tenía guardados, que he lavado y esterilizado bien previamente.
- Cerraremos y refrigeramos al menos 2 horas en la nevera.
- Pasados el tiempo, untamos en nuestras tostadas preferidas; yo las estoy utilizando de arroz, pero podéis disfrutarlo con aquellas que más os gusten.
- Este paté dura como máximo 5 días en la nevera y bien tapado.
A DISFRUTAR 🤤🤤.
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