Hoy viajamos hasta Turquía para preparar unas riquísimas Turkish delight o delicia turca, con zumo natural de naranja y coco rallado. Son muy fáciles de hacer, quedan muy buenas y son ideales para tomar junto a un té bien calentito, chocolate a la taza o café. ¿Os animáis a prepararlas? Vamos a por ello.
La delicia turca, también llamada lokum, es una especie de caramelo en forma de cubo, rectangular o cuadrado, con aspecto de gominola blandita y sabor a jugo de frutas. Esta vez, para aprovechar que estamos en plena temporada, vamos a hacerlos a base de zumo de naranja natural. Este dulce tradicional, es muy apreciado en la gastronomía de Turquía, donde se suele disfrutar acompañando al conocido café turco, sin embargo, también son muy famosos en países, como Grecia, Albania, Bulgaria, Rumanía, Egipto, Túnez, Siria o Líbano. La textura que tienen por dentro, es deliciosa; con un té calentito, ahora en invierno, se apetecen muchísimo.
Cuenta una leyenda turca que el nacimiento de este delicado caramelo, surge a raíz de la petición, por parte de un sultán, de crear un dulce único y exclusivo. La finalidad: ser añadido en el recetario secreto de palacio y así, pasar a formar parte de una de sus más preciadas riquezas. Para ello, recurrió a todos los que en su reino, sabían de repostería y pastelería. Si os fijáis bien, este dulce tan apetitoso, tiene gran parecido con las gominolas que tanto disfrutábamos cuando éramos peques y no tan peques jeje. Ello se debe a que, desde la época de la ocupación musulmana en la península ibérica, las gominolas empezaron a hacerse conocidas, ganando bastante popularidad con el paso de las décadas. De ahí viene su origen, aunque en aquella época, usaban claras de huevo para espesarlas, y agua de rosas, jazmín, azahar o zumos, por ejemplo, de limón, mandarina o naranja, para aromatizarlas. Tal y como haremos hoy en nuestra receta.
Hacı Bekir, un experto en fabricar dulces y caramelos, como el lokum, llegó a Estambul en 1776, durante el reinado del sultán Abdul Hamid I. Una vez establecido, abrió un pequeño negocio en el que elaboraba y vendía golosinas. Pronto, su exquisita tienda, adquiriría tanta fama y aceptación en el lugar, que las parejas de novios, que iniciaban su historia de amor, tomarían la bonita costumbre de obsequiarse con delicias turcas. Práctica que perduró a lo largo de los años, como quedó reflejado en muchas canciones de amor de aquellos tiempos. Por otro lado, las damas de aquel entonces, iniciaron el hábito de envolverlas en pañuelos de encaje, ofreciéndoselas como regalo, a sus familiares y amigos más cercanos. Después, en el siglo XIX, el lokum comenzó a ganar popularidad fuera de las fronteras turcas, gracias a los ingleses que viajaban por aquellas tierras. De hecho, se comenta cómo un británico adquirió varias cajas de este tradicional manjar, mientras se alojaba unos días en Estambul, mandándolas a Gran Bretaña donde se pusieron a la venta bajo la denominación de Turkish Delight. Lo que dio lugar al nacimiento del nombre con el que se conocen a nivel internacional, hoy en día.
Espero que os guste mucho esta idea y os animéis a cocinarla. Os dejo, como siempre, el proceso por escrito por si tuvierais alguna duda. Si hacéis alguna de las delicias del blog, podéis enviarme vuestras fotos a mi correo: belenru16@hotmail.com. Los resultados de vuestras creaciones, aparecerán en próximos vídeos. No olvidéis que podéis imprimir ésta y todas las recetas que se publican en el blog, pinchando en el botón "imprimir receta". Muchas gracias por vuestro siempre apoyo y por todos los comentarios amables que me dejáis a través de Youtube. Feliz 2020 para tod@s.
Un abrazote gigante,
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Tiempo: 50 minutos Cantidad: 50
País: Turquía Plato: postre
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Ingredientes
- 4 naranjas y 1/2 (maduras, que tengan jugo)
- 100 ml de agua
- 3 cucharadas de azúcar blanco
- 6 cucharadas de Maizena
- 1 cucharadita de aceite de coco virgen extra
- Coco rallado para rebozar
Preparación
- En una fuente (medidas: 22 x 22 x 5,5 cm) vamos a echar un chorrito de aceite de girasol y un pelín de agua.
- Moveremos la fuente para extender esta mezcla por toda la base y un poquito por los bordes. De esta forma, no vamos a tener problemas a la hora de desmoldar nuestra masa, ya veréis que sale sola.
- Ahora, vamos a partir las naranjas por la mitad y sacaremos el zumo con ayuda de un exprimidor. Con 4 naranjas y 1/2, me han salido 400 ml de zumo, que son los que necesito para hacer esta receta.
- En un cazo, fuera de fuego, verteremos el zumo de naranja, el agua, el azúcar y la Maizena.
- Mezclaremos muy bien hasta que todo quede bien disuelto e integrado.
- Una vez conseguido, pondremos nuestro cazo a fuego medio y cocinaremos nuestra mezcla hasta que espese y sin dejar de remover. Al principio, vais a notar que va a tardar un poquito en espesar, así que podemos parar unos segunditos, para no cansarnos demasiado.
- Después de unos minutos, tomará una textura gelatinosa y cambiará de color. En ese momento, removeremos sin parar, para que no se nos pegue en el fondo, y esperaremos a que la mezcla empiece a burbujear.
- Una vez logrado, retiraremos del fuego, añadiremos el aceite de coco y mezclaremos bien.
- Pasaremos nuestra masa a la fuente que teníamos engrasada con aceite de girasol y agua.
- Moveremos un poquito la fuente para que la masa se asiente y la extenderemos con la cuchara de madera, para que quede bien lisita por arriba. Hemos rellenado 1 dedo de la fuente, así que nuestras delicias turcas, nos van a salir con este grosor.
- Y para terminar, vamos a dejar enfriar nuestra masa, primero, a temperatura ambiente y, después, en la nevera toda la noche, para que tenga una buena consistencia.
- Y al día siguiente, vamos a preparar coco rallado suficiente, en un platito, para rebozar nuestras delicias turcas.
- Sacaremos la masa de la nevera.
- Giraremos la fuente de lado a lado, poco a poco, para ir despegando los laterales de nuestra masa. Vais a notar que se despegan solitos.
- Una vez conseguido y con mucho cuidado, haremos tiras de unos 2 dedos de ancho, verticales y horizontales, con ayuda de la punta de un cuchillo.
- Se nos han formado unos cuadraditos. Los vamos a ir sacando con una espátula, con cuidado para que no se rompan, y los vamos a llevar al plato del coco rallado para rebozarlos por todas partes.
- Partiremos cada cuadradito por la mitad, en el mismo plato del coco rallado, para obtener delicias a tamaño de bocado.
- Las pasaremos al plato de presentación y podemos espolvorear un poco más de coco rallado por encima.
- Conservar en la nevera; tendrán mejor consistencia y un sabor más concentrado.
- Con té, café o chocolate caliente, están deliciosas.
Afiyet olsun, buen provecho ^.^.
¡¡Hola Belén!! ¡¡Qué delicia!! A mí también me gustan mucho, yo las he hecho de fresa y es verdad que son igual que unas chuches, eso sí, me llevó mucho tiempo de cocción, pero el resultado, mereció la pena. Me encanta tu combinación, con naranja y coco, qué buenas tienen que estar. Y mira qué monas quedan, así tan pequeñitas, hasta para regalo son ideales metidas en un papel de celofán. Y la historia de la receta, fantástica, una entrada de lo más completa. Besitos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Isabel. Tarda un poquito, unos 15-20 minutos. Me has leído el pensamiento, pensaba hacer una tarta con esta textura y con fresas, a ver qué sale jeje. Un abrazo, feliz finde ^.^.
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